Aumento del punto G con ácido hialurónico: bienestar íntimo y mejora en la vida sexual femenina

El aumento del punto G con ácido hialurónico es una técnica dentro de la ginecoestética que ha demostrado ser una opción eficaz para potenciar el placer sexual femenino. Este procedimiento, también conocido como amplificación o bioplastia del punto G, busca mejorar la sensibilidad de una zona clave de la anatomía femenina, favoreciendo experiencias sexuales más intensas y satisfactorias.

¿Qué es el punto G?

El punto G, o “zona del placer”, es una pequeña área localizada en la cara anterior de la vagina, aproximadamente a unos 4 centímetros de la entrada vaginal. Aunque su tamaño puede variar, se estima que mide alrededor de 2 cm² y, según muchos expertos en sexología, representa uno de los principales desencadenantes del orgasmo femenino.

¿En qué consiste el tratamiento?

El procedimiento consiste en infiltrar ácido hialurónico en la zona del punto G con el fin de aumentar su volumen y sensibilidad. Esta técnica se realiza de forma ambulatoria, con la paciente en posición ginecológica, y tiene una duración aproximada de entre 10 y 15 minutos.

Gracias al uso de anestesia local o cremas anestésicas, el tratamiento es prácticamente indoloro, aunque puede resultar ligeramente molesto debido a la sensibilidad natural de la zona íntima.

¿Qué beneficios ofrece?

El aumento del punto G está indicado para mujeres que desean mejorar su respuesta sexual o aquellas que, pese a tener una vida íntima plena, buscan intensificar sus sensaciones durante el acto sexual.

Entre los beneficios más destacados:

  • Mayor facilidad para alcanzar el orgasmo

  • Orgasmos más intensos, duraderos y profundos

  • Mejora del bienestar íntimo y la autoestima sexual

  • Procedimiento seguro, rápido y sin necesidad de cirugía

Además, algunos profesionales lo utilizan como apoyo terapéutico en mujeres con disfunciones sexuales, siendo un complemento útil en el tratamiento integral de este tipo de afecciones.

¿Cuánto dura el efecto?

Los resultados suelen apreciarse desde la primera relación sexual posterior al procedimiento, especialmente en mujeres con una vida sexual activa previa. La duración del efecto puede variar según cada organismo, pero habitualmente se mantiene entre 6 y 12 meses. Cuando el efecto comienza a disminuir, el tratamiento puede repetirse sin inconvenientes, tantas veces como se desee.

Actualmente, también se están explorando otras técnicas como la infiltración de plasma rico en plaquetas (PRP) o grasa autóloga rica en células madre, aunque su eficacia en esta aplicación aún está en estudio.

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