Con el paso del tiempo, nuestra piel comienza a mostrar signos visibles de envejecimiento como sequedad, pérdida de elasticidad, flacidez y, especialmente, la aparición de arrugas finas y superficiales. En respuesta a esta preocupación estética, nace una innovadora técnica dentro de la medicina estética: el Blanching.
Este tratamiento está ganando cada vez más popularidad por su capacidad de reducir arrugas estáticas sin alterar la expresión facial, mejorando además la hidratación y calidad de la piel.
El Blanching es una técnica avanzada de microinyección que consiste en aplicar pequeñas dosis de ácido hialurónico en las capas más superficiales de la piel, justo en la hendidura de la arruga. Esta aplicación precisa permite atenuar líneas de expresión muy finas que antes no podían tratarse con técnicas convencionales de relleno.
Su nombre (“blanqueamiento” en inglés) proviene del efecto visual momentáneo que se produce en la piel durante la aplicación: una leve palidez en el punto inyectado, que desaparece en minutos.
El ácido hialurónico es una molécula naturalmente presente en nuestro cuerpo, encargada de mantener la piel hidratada, voluminosa y elástica. Con la edad, su producción disminuye y la piel pierde capacidad para retener agua.
Lo innovador del Blanching es que:
Mejora visiblemente la textura y luminosidad del rostro.
El Blanching es especialmente eficaz para arrugas superficiales y líneas estáticas. Se recomienda para tratar:
A diferencia del bótox, el Blanching no actúa sobre el músculo, por lo que no limita el movimiento ni cambia tu expresión natural.
El resultado del Blanching es una piel más suave, hidratada y con un aspecto uniforme y luminoso. Las arrugas se atenúan visiblemente sin perder naturalidad, permitiendo al paciente mantener su expresión y gesticulación habitual.
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